sábado, 17 de diciembre de 2011

¿Hacemos punto?

Empecé a hacer punto hace muy poco, todo hay que decir que de pequeña, en plenos 80, como los calentadores eran "lo más", me hice un par con 4 agujas, que según mi abuela, era mejor hacerlos así, como quien hace calcetines, que hacerlos con una aguja y luego coserlos. No quedaron mal pero la moda pasó y ya se me ha olvidado hasta cómo hacer rayas en el punto.

Hace unos años, retomé el tema pero para hacer un jersey. Estuve en fase de prueba con lana vieja un par de semanas y me lancé a hacerle un jersey a mi marido que finalmente resultó demasiado grande (creo que para ser la primera ver, aquello de las tallas no se me dió bien). Pero, el año pasado me hice una chaqueta que no quedó del todo mal y este año, mi hermana me enseñó a hacer bufandas con una lana especial de las que habréis visto varias muestras en mi Facebook. Son muy sencillas, sólo se tarda una hora, y el resultado es bastante bueno. Si alguien se anima, aquí estoy para contarle dónde conseguir la lana y cómo hacerlas.

Os dejo alguna foto de las famosas bufandas. En breve espero tener alguna más.



martes, 13 de diciembre de 2011

¿Qué tal si hoy probamos con la cocina?

Una recetita fácil para esas verduras de invierno... Acelgas con pasas y piñones.

Si las acelgas os parece que son una verdura un poco sosa, si las preparáis de esta forma, seguro que os encantan.

Paso 1: cocemos las acelgas con un poco de sal (si queremos que salgan más ricas, siempre se les puede añadir un hueso).
Paso 2: doramos ajo cortado muy fino con un poco de aceite. Cuando empiece a estar tostado añadimos un puñadito de piñones y otro de pasas. Rehogamos un ratito y añadimos finalmente las acelgas. Las rehogamos un ratito más y añadimos sal si lo vemos necesario.

Probadlas, os encantarán.

jueves, 8 de diciembre de 2011

El punto de cruz

El punto de cruz llegó a través de uno de esos cuadros predibujados con una ardilla. El material que venía en el estuche era lana. Y creo que esa fue una de las razones para que mi ardillita quedase un poco torcida hacia un lado. Era medio punto, yo debía tener unos 8 años y aunque yo me empeñaba en enmarcarla, nadie me hizo caso, supongo que porque con más razón que yo, sabían que aquel cuadro nunca iba a quedar bien... Estará todavía en el desván de mi casa del pueblo y debo decir que no me importaría encontrala solo por tener ese recuerdo de la niñez.
Creo que el resultado fue tan malo que pasaron muchos años hasta que empecé con el punto de cruz. Primero se aficionó mi hermana que empezó a hacer iniciales en toallas, así que, un verano, aprendí. Hice una pequeña rosa que a mi abuela le encantó y la enmarcamos. Debo decir que tiene un fallo que seguramente solo yo detecto a primera vista, pero cada vez que la veo, sé dónde está.
Desde entonces, y de esto hará 10 años, han sido varias toallas, manteles y cuadros los que han ocupado mis horas. Me siento especialmente orgullosa de "Los Girasoles" de Van Gogh, del que hay una foto en mi álbum de Facebook  y que está actualmente colgado en mi salón. También tengo un buen recuerdo de un mantel con las conchas de Santiago (vieiras) cuyo diseño es totalmente mío porque no pude encontrar nada parecido en ninguna revista.
Este es mi primer punto de cruz

El cuadro del que me siento más orgullosa

El mantel con el diseño propio de conchas
Espero seguir haciendo cosas y por supuesto, seguir compartiéndolas...

martes, 6 de diciembre de 2011

Cómo empecé con este hobby

Nací en un pueblecito de Lugo, Trabada. Mi madre tenía la esperanza de que, al ser yo una niña, iba a poder enseñarme todas las manualidades con las que ella tan bien se manejaba. Pero he aquí que yo me decidí por pasar mis horas de la primera niñez en la fragua de mi abuelo, templando los hierros, cosa que me encantaba. Mi madre vivió varios años esperando que a mí se me pasase la afición, tan poco femenina por otro lado, y resulta que tuvo que llegar Doña Bibiana, en el colegio, en 3º de E.G.B. para que yo empezase con el ganchillo. Había hecho mis pinitos con las cadenetas pero aquello no me gustaba demasiado. Mi madre, con unos hilos de varios colores y Doña Bibiana con la realización de unos claveles a ganchillo consiguieron por fin aficionarme a una serie de manualidades que no he dejado de ampliar a lo largo de los años. Supongo que si ahora le preguntáis a mi madre os dirá que hago ganchillo más rápido que nadie, que domino el punto de cruz y que estoy empezando con el punto.
Pero me queda mucho por aprender y seguro que hay mucha gente dispuesta a compartir y a enseñar muchas de sus manualidades. Espero que así sea.